Mitomanía
Mitomanía
¿Qué es la mitomanía?¿Cuáles son sus síntomas?
¿Qué consecuencias tiene?. Tratamiento
Mentir es una conducta que todo ser humano hace. Nos acompaña en nuestra vida, siendo necesaria y adaptativa en ciertos momentos, a la vez que nada recomendable en otros. El uso que le damos a la mentira en nuestro día a día lo elegimos cada uno de nosotros/as en función de muchos factores personales. Habrá personas que tengan más tendencia a mentir y otras que lo pondrán en práctica en ocasiones contadas.
Es común que las personas mintamos con ciertos propósitos: ser aceptado por el resto, gustarles, evitar la humillación, lograr éxitos y un largo etcétera. En estas situaciones se puede convertir en una herramienta eficaz para llegar al resultado deseado.
Está conducta se convierte en problemática en el momento en que no somos nosotros los que controlamos la mentira, sino que es la necesidad de mentir la que nos controla a nosotros. Cuando las historias falsas envuelven la vida de una persona, se puede dar un caso de mitomanía.
¿Qué es la mitomanía?
Anton Delbrück, psiquiatra suizo, fue la primera persona en describir en 1891 este trastorno psicológico, también conocido como pseudología fantástica o mentira patológica. Es la necesidad patológica de tergiversar la realidad y mentir constantemente, normalmente con el objetivo de que la otra persona le admire o le preste atención.
En general, estas personas saben que están mintiendo, aunque en ocasiones, pueden llegar a creerse su propia mentira.A pesar de no estar catalogado en ningún manual diagnóstico, este trastorno puede llegar a generar muchas dificultades sociales a la persona que lo sufre.
Los individuos con esta patología suelen utilizar la falsificación retrospectiva, es decir, modifican recuerdos reales con detalles o interpretaciones falsas. Se podría decir que adornan su vida, ya no solo en el presente, sino también en el pasado.
Las personas que sufren mitomanía suelen inventarse versiones más interesantes de su propia vida, para convertirla en fascinante y única. Sin embargo, estas personas son conscientes de que su vida real se aleja bastante de la historia que están contando. La mentira es una forma de ocultar que sus vidas no son como a ellas les gustaría, además de una herramienta para huir de este sentimiento de vacío o hacer su vida más tolerable.
Por tanto, la motivación para mentir casi siempre será la de impresionar a otras personas y hará todos los esfuerzos necesarios para mantener y alimentar esa historia. Lograr engañar y conseguir la admiración de los otros les provocará sensaciones agradables como alivio, tranquilidad y seguridad de no ser descubiertos. No buscarán obtener un beneficio económico de la mentira, como se puede dar en ciertos sectores laborales, más bien lo hacen de formar instintiva para conseguir crear una imagen propia que pueda ser admirada por el mundo. La reacción de los otros se convierte en medicina que necesitan para sentirse bien consigo mismas.
La gente que rodea a estas personas no suele ser conscientes de las mentiras ya que son historias creíbles y lógicas. Solo se darán cuenta de que la persona está mintiendo si encuentran alguna evidencia de ello.
Síntomas
Los síntomas de la mitomanía que se pueden encontrar en las personas con este trastorno son:
- Mentir de forma repetida y constante, ya sea crean una historia, tergiversando la realidad o magnificándola.
- Tendencia excesiva a comparar su vida con la de los demás.
- Baja autoestima. Desvalorización de su propia vida y, por tanto, no aceptación de esta.
- Incapacidad de controlar el impulso de mentir.
- Pocas habilidades sociales, lo que dificulta cómo se relaciona esta persona con su círculo social.
- Sintomatología ansiosa. Presente en los momentos previos a mentir.
- Miedo constante a ser descubierto y que le rechacen por ello.
- Pensamientos intrusivos relacionados con la inseguridad y la necesidad de mentir.
- Estrés por el esfuerzo excesivo que requiere mantener las mentiras y seguir alimentándolas.
- La creencia de su propia mentira. No ocurre en todos los casos, pero es habitual que la persona se crea la historia que está contando.
Es importante resaltar que la mitomanía se puede presentar como trastorno único o puede ser un síntoma de otros trastornos más graves como puede ser la esquizofrenia, el trastorno bipolar, un trastorno de personalidad, una adicción. Por ello, sería necesario acudir a un profesional de la psicología para que pueda ayudar en el diagnóstico de la enfermedad.
Causas
La mitomanía es un trastorno controvertido, ya que son muchas las dudas que presenta. No se ha descubierto una causa clara y son varías las teorías que se valoran para el desarrollo de este trastorno.
Además, la investigación sobre él tiene un obstáculo bastante grande, ya que no todos los profesionales lo tratan como un trastorno en sí mismo, sino que lo ven solo como un síntoma de otros trastornos. De esta forma, no se le da la importancia que tiene realmente.
Hay varias investigaciones que apoyan que puede haber un desajuste neurológico en las personas que lo padecen, pero no hay una conclusión clara al respecto.
Las teorías que tienen más peso apuntan a que la mitomanía, surge de una combinación de factores personales que suelen ser: una tendencia a la comparación, provocando desvalorización propia, sentimientos de inferioridad y baja autoestima, sumándole la existencia de traumas pasados.
Las personas que tienen este tipo de rasgos tienen aprendido que el valor de su persona no lo van a encontrar en ellos/as mismos/as, sino que va a ser el entorno quien les dé ese valor. Ante la necesidad de ese valor, se vuelve imprescindible para ellas crear una imagen que el exterior valore, ya que sin ello la persona se derrumbaría. De ahí, que las personas con este trastorno necesiten causar esa admiración o simpatía en el otro, para ser valorados y queridos. Afectos que no son capaces de darse a sí mismos.
Consecuencias
A pesar de que las mentiras patológicas tienen una consecuencia muy agradable a corto plazo, a la larga puede desembocar en una serie de problemas muy graves con las personas que le rodean.
Además, día a día, la persona con mitomanía tiene que vivir, sufriendo con toda la tensión, estrés, ansiedad y sensaciones desagradables que genera el proceso. Están muy marcadas por los sentimientos de rechazo hacia sí mismos, generando unas sensaciones muy desagradables de vacío y de tristeza.
Tratamiento
Es raro que las personas que desarrollan mitomanía acudan a un profesional, ya que no suelen ser conscientes de que tienen un problema. Se mienten a sí mismos sobre la existencia de su dificultad para relacionarse. Ya que, implicaría mucho sufrimiento el paso de reconocer cómo gestionan y por qué lo hacen.
Solicitan ayuda profesional cuando están en una situación extrema y las mentiras han provocado una situación social muy difícil de sobrellevar. En estos casos, es muy importante contar con el compromiso del paciente con su propio proceso. Ya que, si él/ella no quiere avanzar, estará saboteando el trabajo que se hace en sesión.
Las tareas fundamentales con estas personas son encontrar qué función cumple la mentira, ver el origen y trabajar con el objetivo de sanar esa parte. En la mayoría de los casos, habría que enfocarlo a un trabajo con el miedo a ser rechazado y la mejor gestión de las situaciones sociales que solía desencadenar la mentira. Esto implica, entre otras cosas, aumentar la autoestima y mejorar las habilidades sociales.
Por supuesto, en ese proceso terapéutico, como en cualquier otro, habrá que comprobar si existe algún trastorno mayor que requiera atención profesional. En el caso de que lo hubiera, el trabajo con la mitomanía tendrá que adaptarse al nuevo diagnóstico.
Para finalizar, es importante aclarar que las personas que mienten compulsivamente no lo hacen para hacer daño a los demás. Tienen un problema psicológico serio y necesitan ayuda profesional, a parte del apoyo y comprensión de la gente que le rodea.
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