La dependencia emocional, conoce sus características y consecuencias
Qué es la dependencia emocional: reconoce sus características
La dependencia emocional se puede manifestar tanto con la pareja, como con otras personas de nuestro círculo más cercano, como familiares y amigos.
La persona que la padece se olvida de su individualidad y de lo que significa disfrutar de la vida por sí mismo, sin tener que depender de lo que los demás opinen o piensen, y sin estar pendiente en todo momento de la felicidad de los demás, para que la suya tenga valor.
Existen una serie de características, que ejemplifican muy bien lo que es la dependencia emocional y que a continuación vamos a comentar.
Características de la dependencia emocional
Las personas que sufren dependencia emocional a menudo no son conscientes de ello y viven creyendo que serán “felices” si dedican y focalizan su vida en los demás, tanto si es a nivel de pareja, como si es a nivel grupal (familia, amigos, etc.).
Su autoestima y el concepto que tienen sobre sí mismos dependen directamente de los demás.
En muchas ocasiones pueden ser conscientes de habilidades y cualidades que tienen, pero no las valoran, no las sienten como positivas si su pareja o el grupo no se lo reafirma ni se lo valida.
Pensemos por ejemplo en una persona que trabaja, estudia y va consiguiendo poco a poco sus objetivos, si su pareja le dice lo bien que lo hace, lo que valora el esfuerzo que realiza, etc., esa persona se sentirá feliz y válida, pero en caso contrario tendrá pensamientos relacionados con sentir que es una fracasada, que tiene que hacer más aún, que todavía no es lo suficientemente buena. Interiorizando todo lo que piensa el otro y creyéndoselo, lo que le hará sentir mal consigo misma.
Este tipo de personas que tienen dependencia emocional, tienen una gran necesidad de agradar a los demás y de ser aceptados.
Son esos amigos o parejas que siempre están pendientes de los demás, de cómo se sienten, de que todos estén a gusto, de que todo salga bien en una reunión o en una cita y en ningún momento piensan como se sienten ellos en esas situaciones, ni en el gran esfuerzo que les supone estar pendiente de tantas situaciones, porque todo el gira en torno a los demás, al bienestar del otro por encima del propio.
El anteponer el bienestar de los demás al de uno mismo, se relaciona también con la sumisión que puede llegar a adoptar las personas con dependencia emocional, que se subordinan a los demás.
Para que me entendáis, pensemos una pareja en la que uno de los dos es infiel ¿Cómo actuarías una persona con dependencia emocional?
Buscaría mil justificaciones a esa infidelidad y aunque le doliese buscaría mil maneras de agradar a su pareja para que no volviese a serle infiel o lo terminaría aceptando mirando para otro lado.
Es probable también que se culpe de lo que pasó
Cómo son las personas que sufren dependencia emocional
Son personas con una irrefrenable necesidad de contacto permanente con la persona amada o con los seres queridos, y en el siglo en el que vivimos con las nuevas tecnologías y la inmediatez en las comunicaciones, esto alimenta aún más esa necesidad.
Pueden escribir y/o a llamar muchas veces al día, sintiéndose muy bien, sabiendo cómo está la otra persona, que es lo que está haciendo, con quién está, cuando va a salir de trabajar, etc.
Es su manera de sustituir el no poder estar 24 horas al día con alguien, de esta manera se sienten supuestamente seguras, queridas, cuidadas.
Cuando su demanda de atención no es cubierta, no piensan en que la otra persona pueda estar ocupada, por ejemplo trabajando, sino que pueden llegar a desesperarse, traduciéndose en inquietud, pensamientos negativos y nerviosismo excesivo, pueden sentir miedo a que van a ser abandonadas y que no son suficientes.
Elevan a la otra persona, hasta el nivel de idealizarlas, le admirará, la verá superior y un ejemplo a seguir.
Esta sobrevaloración del otro, que no se corresponde con la realidad, lo llevará a querer estar aún más tiempo con esa persona o a desearle más.
La máxima prioridad se convertirá en pasar todo el tiempo con esa persona o personas.
Su mundo se centrará en compartir todo.
Poco a poco el dependiente emocional, irá dejando aficiones (excepto si a la otra persona también le gusta y las pueden compartir), alejándose de amistades y de familia (en el caso de que sea una pareja), centrándose exclusivamente en esa persona, hasta que todo lo que haga esté relacionado con ella, para así poder pasar el máximo tiempo juntos, incluso si algo no le gusta lo hará, porque estará convencida de que es algo positivo.
En los casos más extremos, llegarán a discutir con el círculo más cercano si les llamará la atención sobre su comportamiento, por ejemplo, si un amigo le dice que cree que se está alejando mucho del grupo y centrándose demasiado en la persona con la que tiene una relación.
El dependiente no dudará en justificar, discutir e incluso alejarse de su amigo, porque estará convencido de lo “ideal” que es su pareja y que su amigo no lo entiende.
Relacionado con lo comentado anteriormente, nos encontramos con que los dependientes emocionales tienden a la exclusividad en sus relaciones.
Si nos referimos a la relación de pareja, se hace evidente el solicitar a la pareja exclusividad, pero tanto en este caso como con los seres queridos, esta demanda se exagera hasta tal punto que el resto de la gente puede llegar a molestarles, porque todo lo que no sea compartir tiempo y espacio con la persona querida les genera un elevado malestar.
Los dependientes emocionales poseen una baja tolerancia a la soledad, tienen miedo a estar solos, no son capaces de disfrutar de un tiempo consigo mismos.
Siempre buscarán contacto, estar con esa persona o personas.
La soledad les incomoda de manera desadaptiva porque la relacionan con el valor que tiene para los demás, con no ser importante.
Si al leer este artículo crees que tienes varias de estas características y quieres saber más, responde las preguntas de este enlace ¿soy dependiente emocional?
Consecuencias de la dependencia emocional
Todas estas características pueden desencadenar una sintomatología patológica en la persona, que se puede traducir por ejemplo en ansiedad, obsesiones, depresión, etc.
Cuando estas personas sufren una ruptura con su pareja, amigos o familiares, el impacto psicológico que pueden llegar a sufrir puede ser muy devastador, padeciendo malestar tanto físico como psicológico: sufriendo sentimientos de desvalorización de sí misma, sintomatología ansiosa, sentimientos negativos hacia la vida, hacia su futuro, acompañados de una gran sensación de vacío y una fuerte sensación de que sin esa persona la vida no merece la pena.
En ese momento la persona siente que su mundo se desmorona, que no puede seguir, ni ser capaz de continuar con su vida “sola”, pudiendo llegar a sufrir un trastorno depresivo en los casos más graves. Todo esto ocurre porque la persona no es consciente de lo que vale por sí misma, de lo que es capaz de hacer y de todo lo que ha conseguido sola en la vida, de que hay más personas en su vida.
No sabe cómo hacerlo porque nunca se ha parado a pensar en sí misma antes que en los demás, porque no sabe que padece dependencia emocional.
Para poder superar este problema, puedes iniciar un tratamiento con psicólogos especializados en dependencia emocional que te ayudarán a que puedas estar bien y sentirte plena en una relación de pareja.