Que es el Síndrome de Noe. características, causas y tratamiento
Sindrome de Noé
Lo que comúnmente se conoce como el Síndrome de Noé, es a la acumulación de animales de forma patológica, es un trastorno que va más allá del amor por las mascotas. Se trata de un desorden psiquiátrico con consecuencias personales, familiares y de salud pública.
¿En qué consiste este Síndrome?
Al hablar del Síndrome de Noé hacemos referencia a un trastorno que consiste en la tenencia de animales en el domicilio de forma obsesiva y patológica. Guarda cierta relación con lo que comúnmente se denomina el Síndrome de Diógenes, ya que ambos están categorizados dentro de los llamados trastornos de acumulación. Sin embargo, se diferencia de este síndrome en que, mientras que en el Síndrome de Diógenes la acumulación es de objetos, en el Síndrome de Noé la acumulación es de animales en el domicilio, normalmente perros y gatos.
Este Síndrome de Noé es un problema de salud mental, pero a la vez afecta a la salud pública, debido a las condiciones en las que se encuentran los animales cuyos dueños padecen este trastorno. La falta de higiene, de cuidados veterinarios y el hacinamiento de los animales convierten a las mascotas en las grandes afectadas de este problema.
Normalmente la conducta de acumulación se produce en domicilios, lo que también provoca problemas de convivencia con los vecinos/as, que muchas veces se ven abocados a denunciar este tipo de actos.
Cuando se produce una denuncia de este tipo de conductas, se procede a la retirada de los animales. Sin embargo, si no se proporciona una intervención desde salud mental no se ofrecerá una solución a este tipo de problemáticas y volverán a producirse situaciones críticas.
¿Qué lo caracteriza?
El Síndrome de Noé es una conducta acumuladora que se engloba dentro del Trastorno de acumulación, con la particularidad de que la acumulación no es de objetos, sino de animales.
Cabe destacar algunas características del Síndrome de Noé, como por ejemplo:
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La dificultad para desprenderse o renunciar a los animales debido a la necesidad de mantenerlos en el hogar, aún cuando no se les da ningún cuidado.
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El hacinamiento que sufren estos animales, que se encuentran en condiciones de pésimo higiene y cuidado.
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El deterioro que esta situación provoca a nivel social, laboral y personal a la persona que lo padece.
A veces la persona puede ser consciente del problema que padece y reconoce la dificultad para hacerse cargo de los animales que ha adquirido, lo que favorece la intervención desde salud mental, ya que solo se abordaría la dificultad para dejar estos animales en otros lugares donde puedan ser cuidados de forma adecuada.
Sin embargo, en la mayoría de casos hay poca conciencia del problema. La persona que lo padece está convencida de que puede asumir el cuidado de todos sus animales, a pesar de que se evidencia lo contrario. Incluso puede llegar a presentar ideas delirantes, que le impiden identificar que los animales se encuentran en una situación de insalubridad.
¿A qué se debe el síndrome de Noé?
No existe una única causa que predisponga a padecer un trastorno de acumulación de estas características. Sin embargo, existen factores de riesgo asociados a los que se ha de prestar atención si aparece la sospecha de que alguien de nuestro alrededor pueda estar padeciéndolo.
El trastorno de acumulación de animales (Síndrome de Noé) se ha asociado tradicionalmente al trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y se han relacionado los rituales del TOC a la necesidad de acumulación. Sin embargo, en la actualidad se han detectado algunas características que diferencian ambos trastornos, la principal es la ausencia de deseo de cambio presente en el trastorno de acumulación, lo que dificulta la intervención.
Este Síndrome también se ha asociado a otros trastornos como los trastornos psicóticos, en los que se altera la realidad que la persona percibe, pudiendo llegar a una falta de conciencia total sobre la problemática y el estado de los animales.
El consumo de sustancias que alteran la percepción pueden provocar el mismo efecto, así como las enfermedades neurodegenerativas, como por ejemplo la Enfermedad de Alzheimer, que provocan un gran deterioro a nivel cognitivo y afectan a la personalidad y el control de impulsos.
No existe tampoco un único perfil que predisponga a padecer este Síndrome.
Sin embargo, las personas que se encuentran aisladas o cuentan con poco apoyo social suelen verse abocadas a situaciones más complicadas si padecen trastornos de acumulación y la detección de los mismos suele ser más tardía.Las personas que padecen algunos problemas de salud mental asociados, como los mencionados anteriormente, también son más vulnerables a este tipo de problemáticas.
¿Cómo detectarlo?
Hay algunos síntomas que pueden indicar que una persona está padeciendo el Síndrome de Noé, sin llegar al punto en el que se haga necesaria la intervención de las autoridades sanitarias.
¿Tiene tratamiento?
Una vez detectado el problema y la gravedad del mismo la intervención desde salud mental debe acompañar a la retirada de los animales por motivos de salud, que en muchos casos provocará reacciones violentas y la desestabilización de la persona que padece el Síndrome.
El acompañamiento psiquiátrico y psicológico será necesario a lo largo del tratamiento y se centrará en un primer momento en la reducción de ideas delirantes asociadas a la acumulación de animales, si estuviesen presentes, la generación de conciencia del problema, la creación de hábitos saludables para el paciente y el fomento de la red de apoyo, lo que generará una detección precoz si se volviesen a dar los síntomas.
El tratamiento en el Síndrome de Noé será individualizado y específico. Al tratarse de un trastorno normalmente asociado a otras patologías no se puede generalizar en lo que respecta a las líneas de intervención, aunque sí cabe destacar la importancia de que se produzca, no solo la retirada de los animales, sino el acompañamiento posterior para prevenir futuros incidentes.
El Síndrome de Noé, recogido como un trastorno de acumulación, no es solo un problema de salud mental, sino también de salud pública. Sus consecuencias a nivel personal y social son enormes para la persona que lo sufre, así como para lo animales que posee. Por este motivo, cobra relevancia una atención que vaya más allá de la mera retirada de las mascotas y se centre en la patología a nivel mental, lo que favorecerá la prevención de este síndrome.
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