10 consecuencias emocionales de sufrir estrés

Consecuencias de sufrir estrés

Estrés: 10 consecuencias emocionales

El estrés, tan presente en nuestras vidas, ya forma parte de nuestro estado habitual y nos acompaña en muchas situaciones como parte de las estrategias de afrontamiento.

Esto a priori no suena tan mal siempre y cuando el estrés nos esté ayudando.

Por desgracia nos cuesta mucho gestionar los niveles de estrés que presentamos y se convierten en algo perjudicial para nosotros. Pero a todo esto, ¿qué es el estrés?

A estas alturas todos tenemos algún conocimiento y/o experiencia con el estrés, aun así, conviene recordar una vez más de que se trata.

El estrés, se refiere a la reacción fisiológica provocada por la percepción de una situación amenazante o desafiante.

El organismo paraliza aquellos sistemas fisiológicos cuya actividad puede posponerse, y concentra toda la energía disponible en los sistemas que son decisivos para hacer frente a la demanda.

¿Qué significa esto?

Que el estrés como mencionamos al principio se presenta en nuestro cuerpo cuando nos vemos ante situaciones de desafiante (exigencia laboral, mostrarnos ante personas, cargas del hogar, etc.) y nos vemos obligados a enfrentarnos a ellas.

Este estrés que aparece lo que hace es ayudar a focalizar la atención, las energías y el cuerpo para poder resolver la situación con éxito.

Así, el estrés es el modo de reaccionar del cuerpo ante un reto. Esto está bien siempre y cuando la cantidad de estrés es adecuada a la demanda exterior.

El problema aparece cuando el estrés nos sobrepasa y en vez de ayudar, llega a perjudicarnos tanto en la respuesta, como en el modo de funcionamiento habitual.

¿Esto te suena?

¿Te sientes estresada/o mucho tiempo con o sin estímulos para ello?

Para averiguar si esto es así, a continuación, os presentamos las diez consecuencias más frecuentes que produce el estrés en nosotras/os.

Si te reconoces en alguno de ellos, quizá tu manejo del estrés no es adecuado y hay que hacer algo al respecto. Cuenta con nosotros para ello.

Estrés consecuencias emocionales y psicológicas

10 consecuencias de sufrir estrés

 1. Síntomas fisiológicos.

Muchos de estos síntomas cuando aparecen en nosotros no los relacionamos con estrés, sino como estados habituales o de cansancio.

Pues son los reflejos más habituales de que nuestro cuerpo está estresado y se pueden regular, no tenemos por qué convivir con ello. Los síntomas fisiológicos más frecuentes son:

  • Tensión muscular
  • Ritmo cardíaco aumentado
  • Sudoración
  • Respiración incrementada
  • Temblor

2. Respuestas del cuerpo al estrés.

Nos referimos a otras formas de las que el cuerpo nos avisa de que la cantidad de estrés es excesiva, pero en este caso es más difícil regular los síntomas de forma inmediata:

  • Tensión arterial aumentada.
  • Indigestión, estreñimiento, diarrea
  • Molestias estomacales
  • Cansancio continuo en el día a día
  • Dificultad para dormir, para conciliar o mantener el sueño
  • Dolor de cabeza

3. Aumento del consumo:

Muchas veces cuando nos sentimos estresados tendemos a recurrir a diferentes sustancias o estímulos para calmar las sensaciones de alteración. Los abusos más frecuentes son:

 

  • Mayor consumo de alcohol
  • Tabaco
  • Videojuegos
  • Televisión
  • Comida, en este caso se puede dar tanto comer en exceso (atracones), como pérdida del apetito

4. Sufrir ansiedad.

El estrés es el antecesor de la ansiedad. Su mecanismo de funcionamiento y síntomas son muy similares.

En este caso la ansiedad es anticipatoria, lo que significa anticipa las situaciones, en cambio el estrés se produce durante las situaciones.

Si estamos continuamente estresados, el cuerpo empieza a anticipar estos estados y reproducirlos sin estímulos concretos.

5. Excesivo control y malestar.

Nuestro cuerpo a modo defensivo empieza a controlar cualquier cosa que ocurre en nuestro alrededor para intentar no llegar a sufrir el estrés, o intentar hacer las cosas perfectas para no padecerlo.

El problema es que es imposible controlarlo todo, por lo que solemos fracasar en ello.

Esto hace que nos sintamos incapaces de regular nuestro estado, no es así, sólo que la forma de afrontarlo es muy diferente al control.

 6. Impaciencia y mayor irritabilidad.

Consecuencia del control es el estado de alerta constante para detectar posibles situaciones amenazantes.

Este estado de alerta nos resta presencia para las cosas que estamos haciendo, o bien nos hace estar demasiado volcados en algo y cuando algo o alguien nos distrae nos suele enfadar.

Nuestro afán es hacerlo bien a toda costa y cualquier interrupción nos perjudica. Esto hace que empeoren nuestras relaciones sociales o nuestro funcionamiento al estar demasiado centrados en quitar el estrés y no medir nuestras respuestas. Llegamos a agredir a las personas sin razón evidente o tener respuestas exageradas hacia el entorno.

7. Tener pensamientos catastróficos.

Estos estados de alerta tan elevados lo que hacen es generar una serie de pensamientos negativos que nos acompañan a modo de estar preparados para lo peor. La cosa es que la mayoría de estas consecuencias catastróficas que avanzamos nunca ocurren, pero nuestro cuerpo esta innecesariamente estresado.

Estres, consecuencias psicológicas

8. Dificultad para concentrarse y tendencia a estar preocupado.

Al estar tan sometidos en los estados de estrés, nos pasamos el día pensando en ello o sufriendo sus síntomas.

Esto hace que nos pasemos el día preocupados sobre lo que puede pasar. Por otro lado, como el estado de estrés está tan presente, hace que restemos concentración a las cosas que hacemos y confirmar las dificultades que tanto tememos tener.

9. Tendencia a sufrir accidentes.

Con el estrés, entramos en piloto automático de funcionamiento, estando más en alerta que pendientes de las cosas.

Así no prestamos la atención requerida a los asuntos de nuestro alrededor y tendemos a tener accidentes con mayor frecuencia.

 

10 Sufrir burnout.

El burnout o “síndrome de estar quemado en el trabajo” surge por presentar la mayoría de consecuencias expuestas (irritabilidad, falta de concentración, etc.) en el ámbito laboral.

Cuando el estrés nos sobrepasa en el trabajo nos sentimos desbordados y abrumados ante las condiciones de trabajo.

La terapia psicológica te puede ayudar a gestionar tus estados de estrés, entender el por qué y para qué de su aparición, conocer y practicar métodos y técnicas para su gestión y crear hábitos que te ayuden a prevenirlo.

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Autora: Mariela Georgieva

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