El juego del calamar: los efectos psicológicos de la violencia masiva en televisión.
“El juego del calamar: los efectos psicológicos de la violencia”.
La Violencia en las series
Hoy traemos un tema candente y de actualidad, la serie “el juego de calamar” que ha tenido tanto éxito. En primer lugar es importante clarificar que este no es un artículo para denostar la libertad de expresión ni mucho menos moralizar el contenido que se produce en las series de éxito en internet.
La psicología no es moralista, busca el bienestar del individuo en la sociedad y se pregunta por los factores que contribuyen o no a este; y de ahí la finalidad de este artículo.
No obstante, llama claramente la atención que la serie de más éxito de la historia sea una serie de violencia, y vamos a tratar de explicar porqué y qué efectos psicológicos puede producir en la sociedad.
¿Cuáles son los efectos para las personas de ver series violentas como el juego del calamar?
No es nada nuevo que exista violencia en la televisión o los videojuegos, y los efectos de esta han sido ampliamente estudiados por la comunidad científica. Desde luego, cuando el éxito de la serie es masivo, los efectos se amplifican potencialmente.
Hay efectos inmediatos de ver contenido violento, especialmente emocionales: sentimos ira y miedo intensamente; y aunque sean sentimientos desagradables, esto nos suele enganchar y explica el éxito en taquilla; porque puede ser atrayente y placentero experimentar emociones intensas.
En general, las series de acción tienen tanto tirón porque las emociones que producen suelen aumentar nuestro deseo por consumir ese contenido.
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Sin embargo, no dura mucho esta huella emocional de ver imágenes violentas, sobre todo cuando son de ficción, a no ser que se vaya acumulando más contenido, es decir, que deberemos la serie. Y afectará a nuestra forma de pensar y comportarnos sólo en el presente y de manera más bien inmediata.
¿Cuáles son los efectos del consumo masivo y viral de series violentas?
La violencia cuando se trata de ficción, está socialmente aceptada, y se acepta su disfrute en la sociedad. Sin embargo, cuando se vitaliza esto tiene efectos globales, especialmente la desensibilización ante la violencia en los espectadores, lo cual mina las capacidades de resiliencia y empatía en la sociedad; y minimizando el sentimiento de pertenencia y comunidad.
La desensibilización ante la violencia se produce cuando las personas están expuestas a contenido violento, entonces se habitúan y dejan de reaccionar, llegando a minimizarla y normalizarla.
De este modo, cuando perciben una situación de violencia real, no conectan emocionalmente con ella: con la posible injusticia, con la necesidad de protección o defensa; haciendo que en el día a día tiendan a ayudar menos a los demás, a cooperar e incluso, reproduzcan la violencia. En general, la sociedad se vuelve más tolerante a la violencia e incluso, la reproduce.
Por ello, el éxito que ha tenido lleva a pensar que la sociedad está disfrutando enfriándose ante la violencia, perdiendo su senilidad y reduciendo su empatía.
En “el juego del calamar” además se muestra un tipo de violencia que sólo ocurre de manera masiva, la deshumanización, que favoreció el holocausto; donde personas normales, sin psicopatía, que fueron capaces de colaborar para exterminar a otras personas.
Hay hay entornos y maneras de proceder que facilitan la violencia masiva y la normalización de esta: un entorno altamente jerarquizado, donde figuras de autoridad dictan leyes estrictas, leyes que no tienen sentido personal ni moral pero son obligatorias, donde las personas actúan bajo coacción y son privadas de su libertad de decisión y de
su individualidad (el empleo de números, de uniformes, etc), y no existen vínculos entre los participantes del juego y los agresores.
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¿Nos volvemos más violent@s por ver contenido de violencia?
La respuesta es que sí. La investigación científica recopila resultados a favor y en contra, sin embargo La Media Violence Commission en 2012, demostró que “el consumo de programas violentos sí aumenta el riesgo relativo de agresión a otras personas, definido como daño intencional, ya sea este físico o verbal”.
La violencia no es inmediata, está medicada por el significado que el espectador da a o que ve, y por cómo se posiciona moralmente frente a los personajes.
El espectador no es un mero receptor de información, y lógicamente según su desarrollo moral, cognitivo y emocional, la violencia puede afectar más o menos. Es por ello que los menores son más vulnerables.
¿Desarrollamos trastornos mentales por ver contenidos violentos en la televisión?
No se desarrollan trastornos mentales de manera directa, ni siquiera el mero hecho de ver imágenes con contenido violento es traumatizante. En general las personas violentas suelen tender a consumir más contenido violento.
¿Cómo afecta a niñ@s y adolescentes series como el juego del calamar?
Los niños y adolescentes son más vulnerables porque están en periodos más sensibles de su desarrollo emocional, intelectual, cultural, moral y social; lo que les hace críticos ante influencias externas.
La investigación científica en general acepta que sí va a aumentar el riesgo de violencia para ell@s, incluso un año después. Sin embargo, la violencia mediática no es el único factor que influye en la agresividad juvenil, ni es determinante; pues también va a depender de los entornos de protección o desprotección familiares, institucionales y sociales.
Es importante tener en cuenta que las influencias externas dependen de la relación que tengan con sus entornos más cercanos: familia, escuela y amistades. Si se trata de niños que viven violencia en casa, estos efectos
se amplían, así como cuando los padres participan poco en la educación o están ausentes.
También si la popularidad se relaciona con la agresión o existe violencia en las aulas, los efectos se amplían.
La agresividad en menores se explica por la acumulación de varios factores de riesgo, no sólo por uno de ellos, especialmente cuando existen más de dos factores de riesgo.
En jóvenes además se favorecen las agresiones entre ell@s y que aumentan los comportamientos de alto riesgo: consumo de alcohol y tabaco, el inicio temprano de la actividad sexual, o el desarrollo de hábitos de alimentación poco saludables.
Además, suelen imitar los comportamientos del juego porque lo interioridad como algo deseable y su grupo lo valida y refuerza. Esto da lugar a que se normalice la violencia porque estos comportamientos les están permitiendo obtener cosas que desean (gratificación social, popularidad, etc), lo cual podría modificar su personalidad que está todavía en desarrollo.
¿Cómo podemos prevenir los efectos perniciosos de series violentas?
Es obvio que una manera de no verse afectado por algo es evitarlo. Sin pretensión de censura, los efectos más perniciosos del contenido violento, dependen de la posición que tomemos: si reflexionamos o no.
La actitud crítica y reflexiva es lo que palia los efectos inmediatos de la exposición a la violencia en ficción.
Para tratar el tema con menores, las guías de buenas prácticas para los medios de comunicación invitan a ver el contenido con ellos, motivando una actitud crítica y un modelo positivo de enseñanza, no a censurar el contenido:
• Visualizar y discutir el contenido.
• Enseñanr habilidades críticas de visualización.
• Limitar el tiempo que pasan expuestos.
• Que el progenitor sea también un modelo de consumo responsable.
• Enfatizar actividades alternativas.
• Crear un entorno “sin medios electrónicos” también.
• Evitar el uso de los medios como “canguros electrónicos”.
• Prestar atención a la sexualidad, con especial cuidado a que la violación y el acoso sexual sean representados como crímenes de violencia, no como actos de pasión.
• Prestar igual atención a los casos de ciberbullying, con una política de tolerancia cero y de
• denuncia.
• Esta función corresponde a todos los organismos adultos, tanto progenitores, como escuela, medios de comunicación, y autoridades.
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Autora: Candela Molina
