Ello, Yo y Superyó. Segunda Tópica de Freud
Segunda tópica Freudiana del aparato psíquico: el Ello, el Yo y el Superyó
Segunda Tópica: Ello, Yo y Superyo
Sigmund Freud se refería a la mente humana como “aparato psíquico” que está compuesto por diferentes partes con sus respectivas funciones.
Según sus estudios, el ser humano se mueve por dos fuerzas o energías principales: el placer y el displacer y ha desarrollado la consciencia y la moral para compensar y controlar los impulsos del deseo y el instinto subyacentes.
Para describir la mente humana y su conducta, desarrolla dos teorías o tópicas que hacen alusión a las estancias de la psique en las que transcurren los diferentes procesos que explican nuestro comportamiento.
En la primera tópica del psicoanálisis habla de tres niveles: Consciente, Preconsciente e Inconsciente mientras que en la segunda tópica se refiere a el Ello, el Yo y el Super yo.
Qué es el ello
En la teoría de la segunda tópica del ello, yo y superyo, El Ello hace referencia a nuestra parte más instintiva y animal. Esta se rige por el instinto y por el principio de placer.
Es la que trata de satisfacer nuestros impulsos y necesidades básicas y está presente desde el nacimiento y, por tanto, como es lógico en esta primera etapa de la vida, todavía no se ha desarrollado la capacidad de discernir entre el bien y el mal y tampoco se ha desarrollado la ética ni la moral.
El bebé solo siente el impulso indiscriminado que le hace satisfacer sus deseos y necesidades y evita aquello que le hace sentir displacer.
Esta instancia o parte incluye el instinto sexual y el instinto agresivo.
El Ello es una parte fundamental del nuevo aparato psíquico integrado por el ello, yo y superyo, ya que nos permite desarrollarnos como individuos sanos y felices que reclaman y comunican a través del llanto aquello que necesitan.
Como esta parte no tiene en cuenta las limitaciones sociales ni las del mundo externo es necesario el desarrollo de una segunda parte que medie entre el mundo y el ello. De esta parte se encarga el Yo.
Qué es el yo
El Yo se desarrolla en torno al tercer año de vida en la fase oral. En esta etapa el niño/a se empieza a relacionar con los estímulos de su entorno llevándoselos a la boca.
Así empieza nuestra capacidad de interacción con el mundo y la de vincularse con la realidad y con ello se empieza a desarrollar el razonamiento y la capacidad de pensar.
Aquí se aprende que, aunque tengamos necesidades, a veces estas no se pueden satisfacer o tienen que esperar por las limitaciones que pone el mundo externo en el cual habitan otras personas.
La función del Yo es, por tanto, conseguir que se puedan satisfacer las necesidades del ello, pero regulando estas con las condiciones que impone el mundo exterior y teniendo en cuenta que hay más personas con sus respectivas necesidades también.
De esta forma se ocupa de que podamos tener relaciones sanas con los demás.
Yo, superyo, ello ejemplos
Qué es el superyo
En cuanto al Superyó, esta parte tiene que ver con la interiorización de los mandatos sociales, culturales, religiosos y familiares.
La función del superyo es tener bajo control a los impulsos del ello y evalúa las cosas en términos de bien y mal basándose, entre otros, en las leyes de la ética y la moral.
A diferencia del ello, esta parte no es innata, sino que aparece a los 6 años de edad de acuerdo a las limitaciones y restricciones brindadas por los padres o cuidadores.
El objetivo del superyo es la adaptación a la sociedad por lo que algunos impulsos del ello deberán ser reprimidos al ser estos inadecuados o inaceptables.
Alrededor de esa edad se va aprendiendo qué cosas pertenecen al ámbito privado o público, cuales son bien recibidas y cuales se castigan o causan malestar en los demás.
El superyó, se divide a su vez en dos subsistemas: la conciencia y el yo ideal. La conciencia es la parte que permite la autoevaluación y percepción de uno mismo y que se traduce en crítica o castigo.
De esta manera si la persona sucumbe a los impulsos del ello está parte hará que sienta culpa y malestar por ello.
El yo- ideal es la representación mental de lo que querríamos o deberíamos ser acorde a lo impuesto por la sociedad y es la referencia y guía con la que el superyó compara nuestros actos.
Hemos descrito la segunda tópica Freudiana del ello, yo y superyo, puede leer sobre otros temas de psicología en el enlace de abajo.
Ejemplos del ello, yo y superyo.
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Autora: María Rodríguez López de Ceballos