Qué es el delirio de persecución
Características del delirio de persecusión
El delirio persecutorio es una condición delirante durante la cual el individuo afectado cree ser perseguido.
Existen dos elementos centrales en este tipo de delirio de persecución:
El paciente sostiene la idea de que está siendo víctima de un perjuicio.
El paciente con delirio persecutorio piensa que su “perseguidor” tiene la intención de producirle un mal.
El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-V) define el delirio como “una falsa creencia basada en una inferencia incorrecta relativa a la realidad externa, que es firmemente sostenida, a pesar de que casi todo el mundo cree y a pesar de cuanto constituye una prueba o evidencia incontrovertible y obvia de lo contrario”.
El delirio de persecución es una forma extendida de delirio entre las personas que padecen un trastorno de tipo psicótico.
Estas personas con delirio persecutorio dicen estar siendo manipuladas, atormentadas, perseguidas, siendo objeto de burla, espiadas o ridiculizadas.
En el DSM-IV , el delirio de persecución es el síntoma principal del trastorno delirante.
En otras palabras, el delirio persecutorio no es un trastorno en sí mismo, es un síntoma, un signo.
Signos y síntomas del delirio persecutorio
Los pensamientos paranoicos han sido siempre considerados por los profesionales de la psiquiatría como un síntoma enmarcado en lo que denominaríamos Trastorno Mental Grave.
El delirio de persecución es un síntoma característico y el segundo síntoma más recurrente en casos de psicosis.
Delirios persecutorios
Este síntoma se caracteriza por una pérdida del sentido de la realidad, traduciéndose en falsas convicciones irracionales, difícilmente modificables a pesar de encontrar datos que las contradigan.
El paciente con delirio de persecución se adhiere de forma inamovible a estas falsas convicciones y donde éste se confiere a sí mismo el estatuto de víctima sin responsabilidad de aquello que le atormenta.
No obstante, la frecuencia de aparición de estos síntomas delirantes aparecen, sobre todo, en pacientes diagnosticados de esquizofrenia, parafrenia (forma de psicosis crónica donde predominan no tanto las alucinaciones como los delirios de grandeza o estrambóticos), psicosis y en algunos casos de depresión.
Existen también en otros trastornos de orden neurológico, en los cuales el delirio de persecución sobreviene en una minoría de pacientes, como es en el caso de los episodios de manía, en algunos casos de trastorno de estrés postraumático y en la epilepsia.
Este tipo de ideas también aparecen en casos de intoxicaciones graves por sustancias o en casos de demencias seniles o pre-seniles, entre otras condiciones.
Los pacientes que sufren delirios de persecución se sienten ansiosos e irritables en su vida cotidiana, fruto del desgaste que producen dichas ideas irracionales.
Para ellos, resulta extremadamente complicado dar una versión alternativa a sus creencias.
Esto quiere decir que, de una forma u otra, encuentran la manera de dar sentido a esos pensamientos irracionales, consiguiendo así cristalizar la idea de que una amenaza puede sobrevenir en cualquier momento.
Esto impacta de forma evidente en la calidad de vida de los pacientes con delirio de persecución, incrementando notablemente los síntomas de tipo ansioso.
En el plano comportamental son personas visiblemente alerta, suspicaces, con fuerte tendencia a la comprobación para, en el corto plazo, sentir cierto grado de control respecto al potencial peligro.
Al sentirse en constate peligro, las personas con delirio de persecución, padecen elevados niveles de angustia, la cual a veces desemboca en comportamientos agresivos dirigidos a quienes consideran, irracionalmente de nuevo, una amenaza.
Esto produce en ocasiones que las personas afectadas por este tipo de delirios tengan problemas con la justicia.
Cuando es el paciente quien solicita la acción de la justicia de forma reiterada con el fin de protegerse, se habla de una compulsión a litigar.
Como parece natural, se trata de individuos que acuden de forma compulsiva a los tribunales con el objetivo de que éstos lleven a cabo acciones para proteger a la persona o compensar el daño producido.
En estos casos, hablamos de delirio querulante.
Las estructuras de pensamiento del delirio de persecución encontramos:
- Pensamientos de estar siendo seguido: La persona con delirio de persecución cree que otras personas les siguen constantemente, le escuchan, habla mal de él, etc. Este delirio se asocia siempre que la otra persona le siguen con el objetivo de hacerle algún tipo de daño.
- Ideas de ser atormentado: suelen creer que estas personas que le vigilan y siguen quieren hacerle daño
- Ideas de ser espiado: la persona con delirio de persecución piensa le espían constantemente. Creen que pueden ser controlados, manipulados y espiados, incluso sienten que les espían el pensamiento y les roban las ideas.
- Ideas de complot: La persona puede creer que se ha organizado un complot en su contra y que van contra él.
- Ideas de ser ridiculizado.
El peligro para la vida del paciente y de su entorno puede, con todo esto, verse en peligro, dada la imprevisibilidad de sus acciones, al sustentarse en una creencia delirante.
Es por ello que un tratamiento eficaz en un contexto adecuado es imprescindible para mejorar la vida de la persona, protegerla y proteger a su medio.
Delirios persecutorios
Las personas que padecen este tipo de delirio persecutorio pueden manifestar las siguientes características:
- Perciben de forma selectiva los estímulos del entorno y sobrevaloran toda información amenazadora, exagerando de manera desmesurada la realidad.
- Las conclusiones a las que llegan -sacadas de información trasgiversadas o muchas veces inexistentes- son realidades inalterables, para ellos. Están convencidos de lo que piensan.
- Las personas con delirio de persecución están convencidos que los demás le siguen, saben dónde va, qué actividades realiza, qué objetivos tiene, le leen la mente, etc.
- Sus niveles de angustia, miedo y ansiedad son muy elevados y estan siempre alterados, inquietos y muy suspicaces.
- En el delirio persecutorio se atribuyen acontecimientos negativos a causas personales externas.
Tratamiento del delirio de persecución
El tratamiento del delirio persecutorio de tipo farmacológico es primordial cuando la persona presenta este tipo de sintomatología, con un seguimiento exhaustivo: quien presenta este tipo de síntomas que forman parte de un trastorno delirante persecutorio suelen tener dificultades en la adhesión al tratamiento.
Dicho de otra forma, suelen ser pacientes que no toman la medicación con la asiduidad necesaria.
No obstante, en la actualidad existen tratamientos que no requieren de tanto compromiso, como inyecciones mensuales.
El tratamiento psicológico del delirio persecutorio puede ser de gran apoyo para reducir la sintomatología ansiosa asociada a las ideas delirantes, para dotar de habilidades sociales a la persona afectada y de herramientas a la familia para lidiar son situaciones complejas futuras.
La psicoterapia es también enormemente útil para llevar a cabo un seguimiento de la persona con delirio de persecución y así poder intervenir antes de que se desencadene el delirio.
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