Autoestima y resiliencia: cómo pasar dificultades aumenta mi valor
Resiliencia y autoestima: o cómo las dificultades de la vida pueden ayudar a mejorar tu autoestima
Siempre hablamos de la importancia de tener una autoestima alta y buena como una herramienta importantísima para sobrellevar las crisis o situaciones adversas de la vida, es decir para ser resiliente.
¿Y si no es así? ¿Si más bien sentimos falta de autoestima?
No te preocupes: puede ser algo que juegue a tu favor.
En este artículo voy a hablarte de la relación entre autoestima y resiliencia y de cómo puede ser que, aunque sientas o creas que tienes falta de autoestima, puedes desarrollar en la vida una actitud resiliente que te ayude a superar las adversidades, salir fortalecido, y entonces, por fin, valorarte realmente como persona y así sentir una autoestima adecuada.
Por la naturaleza de la relación entre autoestima
y resiliencia, aunque sientas que tienes falta de
autoestima, puedes desarrollar una actitud resiliente
que te ayude a sentir una autoestima adecuada.
La historia del Patito Feo es una historia de autoestima y resiliencia
Desde siempre he pensado que tenía falta de autoestima, que no me quería lo suficiente, que muchas veces no me tenía en cuenta a la hora de tomar decisiones que me afectaban, que pensaba muchas cosas negativas de mí misma, en fin… no tenía conciencia de mi valor como persona.
¿Puedes reconocerte en algo de esto?
Me nombraron en el cole la mejor compañera del curso y algo me impedía creérmelo. Mi baja autoestima, pensaba yo.
Y esto siempre me ha acompañado en mi vida como un telón de fondo, como algo que me faltaba, como que estaba incompleta de algún modo o tenía una carencia que sí o sí tenía que desarrollar.
¡La autoestima no existe!
En la universidad escuché con asombro a un profesor que afirmaba muy convencido que la autoestima no existía.
Se basaba en que era algo muy poco útil por el nivel de cambios que podía representar en cuestión de momentos: algo me ha salido bien y siento que tengo la hucha de la autoestima a rebosar, pero de repente recibo la noticia de una nota de examen baja y me hundo en la miseria, siento que tengo falta de autoestima.
A él eso no le cerraba. Y a mí, tampoco.
Desde entonces la idea de este constructo me produjo siempre cierta sospecha.
¿Qué hay detrás de ella cuando alguien la menciona? ¿De qué habla realmente?
¿Es que si tengo falta de autoestima no hay esperanza para mí?
Puedes profundizar en esta idea en el artículo de Andrés Quinteros Autoestima, tú quién eres (Por qué todos hablan de ti y pocos te conocen)
Ser alguien con falta de autoestima y no morir en el intento
Siempre me gustó leer, así que fui a por esas respuestas en todos los libros de psicología y de autoayuda con los que me cruzaba, buscando siempre y nunca encontrando esa llave que me permitiera sentir mi autoestima adecuada.
Es decir, tener conciencia de mi valor para poder estar bien conmigo misma y así afrontar mejor la vida.
Y te invito también a ti a buscar esas respuestas en las letras y el conocimiento.
¿Dónde estará la llave que me permita
tener conciencia de mi valor?
Me parece interesante buscar las propias respuestas.
Sin embargo, en mi caso, aquella idea de que la autoestima no existe, quedó en mi mente junto a la que me decía que con mi falta de autoestima no sería capaz de afrontar nada bien en la vida.
Conoce cómo se relacionan la autoestima y apego en este artículo de María Rodríguez López de Ceballos
De cómo el Patito Feo creció y se convirtió en Cisne: la relación entre autoestima y resiliencia
Mi vida transcurrió y por supuesto me pasó de todo, como suele pasar en la vida de todas las personas.
Y allí estaba yo, atravesando aquellas situaciones tan difíciles con mi supuesta falta de autoestima al hombro… Y sin embargo, ¡pudiendo una y otra vez ponerme en pie y salir adelante!
Aquel profesor tenía toda la razón:
La autoestima es algo difícil de experimentar,
¡salvo cuando sientes que te falta, como una carencia!
Sin embargo, cuando la vida te pone a prueba, vas descubriendo tu verdadero valor. Cada vez que sales adelante ves lo fuerte que eres. Y antes ni lo habías imaginado.
También puedes experimentar entonces lo generoso que puedes ser ayudando a otros en situaciones similares…
… lo valiente que eres superando obstáculos y resistiendo a las adversidades de la vida.
Y, poco a poco, notar una mayor integridad, sentirte con más solidez, con más entereza.
Y ésta es la verdadera esencia de la autoestima: la relación entre autoestima y resiliencia.
Autoestima y resiliencia se tocan, autoestima
y resiliencia son dos caras de la misma moneda.
Si hoy me preguntaran por mi autoestima tal vez ya no sabría situarla ni a la baja ni tampoco alta -¿qué sería eso?-, tal como la aprendí con aquello tan difuso de “gustarme o quererme a mí misma”.
Y, ¿sabes qué? Eso ya no importa. Hoy ya no siento que tengo falta de autoestima.
Porque hoy cuando me observo, admiro a la mujer fuerte y tierna en la que me he convertido, me enorgullezco de mis cicatrices, agradezco lo que la vida ha querido enseñarme y me abro a las nuevas lecciones por venir.
Siento que me merezco poder querer y ser querida, compartir con otros la alegría de crear y de existir, descubriendo cada día con curiosidad cosas nuevas que me den nuevas alegrías e ilusiones para vivir.
Eso es para mí hoy una buena autoestima: tener conciencia de mi valor.
Tengo conciencia de mi valor y lo bueno también es para mí
En mi escritorio tengo apuntada una frase “LO BUENO TAMBIÉN ES PARA MÍ”. Me recuerda lo valiosa que soy, y que, aunque me hayan pasado cosas duras o dolorosas, me merezco lo mejor que puede ofrecer la vida momento a momento.
No sé dónde tomé esta idea, pero puedes encontrar otras muchas y muy prácticas en la guía gratuita:
Un plan de 25 acciones científicamente fundadas para cultivar una autoestima resiliente.
Seguro que alguna te resulta tan útil como para mí esta anotación de la que te hablo.
Entre autoestima y resiliencia: busca y encuentra al cisne que hay en ti
Estoy segura de que esta experiencia es muy compartida y que ahora que me lees te reconoces en parte de lo que te cuento.
Hazte la misma pregunta que me hice yo: ¿de verdad tengo conciencia de mi valor? ¿Se realmente lo que valgo? ¿Me mido y juzgo por mi capacidad de superar los obstáculos que me ha puesto por delante la vida?
Es por lo que quiero invitarte a descubrir al cisne precioso que vive en ti.
A despejarlo, a conocerlo y a dejar que despliegue sus alas y levante el vuelo.
Quiero invitarte a que apoyes el concepto que tienes de ti en la relación entre autoestima y resiliencia.
Cuando en la vida vienen curvas, autoestima y resiliencia.
Cuando vienen curvas, solo vale tomarlas.
A cada vuelta verás cómo confías más en lo que eres y en lo que puedes dar.
Cada desviación del trazado te dará oportunidad de aprender a respetarte, cuidarte, protegerte, a mantener una actitud más resiliente para atravesar lo que está por venir.
Aquí estamos para ayudarte si necesitas ayuda profesional para ello.
Cuando en la vida vienen curvas, autoestima y resiliencia.
Cuando vienen curvas, solo vale tomarlas.
A cada vuelta verás cómo confías más en lo que eres y en lo que puedes dar.
Cada desviación del trazado te dará oportunidad de aprender a respetarte, cuidarte, protegerte, a mantener una actitud más resiliente para atravesar lo que está por venir.
Aquí estamos para ayudarte si necesitas ayuda profesional para ello.
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