Autoconcepto y autoestima. ¿Qué hay detrás de estos extraños íntimos?

autoestima y autoconcepto

Dos extraños íntimos, Autoconcepto y autoestima. ¿Qué hay detrás?

 

¿Y por qué digo que son extraños? ¿y por qué señalo que son íntimos?

Seguro que has oído mucho estas palabras, pero quizá sin comprender del todo en qué se diferencian. Autoestima y autoconcepto

¿Es que acaso no son sinónimos?

De eso trata este artículo, de sus semejanzas y sus diferencias para que, de alguna forma podamos verlos sin arrugar la nariz y el entrecejo, sabiendo que existen, pero sin conocerlos del todo.

 

¿Qué idiomas hablan autoconcepto y autoestima?

En la consulta estos dos extraños están entrando constantemente, ¡y tu sin saberlo! En situaciones cotidianas es donde más entran, pero es donde menos los mencionamos, por eso me parece importante ponerles cara justamente ahí, donde menos se nombran.

Porque es curioso, a menudo mis pacientes acuden a la expresión “tengo baja autoestima…”

Pero no saben decirte donde lo notan y a la vez traen muchísimos ejemplos donde poder atisbar que ahí están.

– Cuando dices, por ejemplo, que te ves como una persona inteligente, está hablando tu autoconcepto

– Cuando hablas de que la gente te ve respetuoso, responsable o extrovertido, está hablando tu autoconcepto

– Cuando hablas sobre cómo eres físicamente, está hablando tu autoconcepto,

– Cuando te ves como una terrible madre, esposa y amiga está hablando tu autoconcepto,

– Incluso cuando hablas de ser un ser de luz y que “eres piscis”, también está hablando tu autoconcepto.

El autoconcepto es nuestra mirada, lo que ves de ti

y lo que crees que el resto ve de ti. Representa aquello

que creemos tener y aquello que creemos no tener,

 nuestras capacidades y flaquezas.

Mucho ha hablado el autoconcepto, veamos cómo habla cuando habla la autoestima:

– Si fallas un quehacer en el trabajo o no llegas a tiempo con algo que te han pedido y eso te hace pensar que no vales como profesional, está hablando tu autoestima,

– Si estás hasta arriba de trabajo, llevas un tiempo saturado y un compañero te pide que le cubras en el turno, le dices de forma firme y amable que no te es posible, está hablando tu autoestima,

– Si en una conversación donde todos tus amigos piensan de una forma diferente a ti, eso no te imposibilita exponer sin temor tu punto de vista, está hablando tu autoestima,

– Cuando te sientes incómodo al recibir un halago o directamente no te lo crees, también está hablando tu autoestima.

La autoestima se basa en el autoconcepto, parte de él,

pero habla un idioma diferente. Son como el latín y

el castellano; una viene del otro.

Carl Rogers, famoso psicólogo humanista, decía que, por el mero hecho de ser un animal humano, sin excepción, somos dignos del respeto incondicional de los demás y de uno mismo; que tú mereces estimarte y que se te estime.

Pero la sociedad reconduce a la persona con sus condiciones de valía, y determina a veces la valoración positiva o negativa acerca de uno mismo y de lo que merecemos o no.

Autoconcepto y autoestima

Profundiza en el concepto de autoestima leyendo el artículo de Andrés Quinteros Autoestima, tú quién eres

 

¿Entonces cuál es la relación entre autoconcepto y autoestima?

Me gusta pensar los términos que nos llegan de forma abstracta como personajillos que andan por nuestro interior y que suelen tomar las riendas de nuestro ser.

Si lo visualizamos en una escena, podría ser algo así: tú en el medio, el autoconcepto a un lado y la autoestima a otro.

Viene el viejo amigo a hablarte de lo que ve, y la vieja amiga a valorar eso que su amigo ve, es decir son dos colegas que tienen una buena conversación sobre ti, por lo que suelen estar bastante mezclados, pero cada uno habla desde un lugar.

Autoconcepto y autoestima tienen una vinculación estrecha,

pero el autoconcepto tiene más que ver con la percepción,

y la autoestima con la valoración.

El autoconcepto pregunta ¿quién soy?

La autoestima pregunta ¿cómo me siento con ello?

De esta manera, ambos constructos constituyen una particular forma de interpretar a esa personita que está en medio de la escena, el sí mismo en relación con su entorno.

Te ayudará a comprender mejor estos aspectos la lectura del artículo de Sandra Isella sobre autoestima y resiliencia.

Atender este diálogo, y lo que pueda surgir de él es importante, porque los millares de impresiones, evaluaciones y experiencias reunidos pueden configurarse en un sentimiento positivo hacia sí mismo o en un incómodo sentimiento de no ser lo que se espera, pudiendo llevarte a la desadaptación y el aislamiento de la sociedad.

Cuando alguien tiene autoconcepto y autoestima

bien definidos y potentes, defiendes tu persona, te

sobrepones a los problemas de la vida con mayor

decisión y te influyen menos las opiniones y

malentendidos con los demás.

Podemos desafiar juntos las creencias que sostienen un autoconcepto y una autoestima poco resilientes si te animas a explorar tu mundo interno.

En la consulta encontrarás la aceptación incondicional que te permitirá reconocer tu valor intrínseco y honrar tu potencial, lo que sin duda tendrá efectos positivos en todas las áreas de tu vida. ¿Te atreves?

También puedes explorar las opciones prácticas que te da Elsa García León en el Plan de 25 acciones científicamente fundadas para cultivar una autoestima resiliente que puedes descargarte aquí de forma totalmente gratuita.

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Autora: Mar Argüello Arbe
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