Sanar las heridas emocionales del pasado para vivir el presente
Superar y sanar nuestras heridas emocionales del pasado para poder vivir mejor el presente
¿Qué son las heridas emocionales?
Siempre que escuchamos la palabra herida, pensamos inevitablemente en esas heridas físicas que aparecen al darnos algún golpe o al hacernos un arañazo.
Pero hay un tipo de herida, más imperceptible a simple vista, pero que puede doler y afectarnos mucho más, que son las heridas emocionales.
¿Qué es una herida emocional?
Son esas experiencias emocionales dolorosas, que, por diferentes motivos, no han llegado a ser procesadas ni sanadas. Son sufrimientos emocionales que una persona experimenta como resultado de eventos dolorosos, traumáticos o estresantes en su vida.
Estos momentos del pasado han dejado su huella en nosotros, dejándonos marcados.
En otras palabras, las heridas emocionales se crean en esos momentos, sobre todo de nuestra infancia, donde hemos podido sentir un dolor tremendo, una sensación de tristeza que nos invade, o un miedo terrible hacia algo o alguien.
Estos eventos nos han dejado marca y no se han llegado a sanar, ese dolor sigue ahí, pervive con nosotros.
Debido a ello, al igual que las heridas físicas, si no llegamos a tratarlas, nos van a seguir doliendo y afectando en el día a día.
¿Cuáles son las heridas emocionales?
Las principales heridas emocionales serian:
- Herida de abandono:
Las heridas de abandono se forman a partir de experiencias de pérdida o ausencia emocional.
Estas heridas se crean en esos momentos donde necesitábamos a alguien a nuestro lado, y desgraciadamente, hemos sentido que estábamos solos, lo que nos hace sentir una tremenda soledad y vulnerabilidad.
Las personas con esta herida tienen mucho miedo a la pérdida y a quedarse solas, y se puede manifestar de dos maneras diferentes.
Ciertas personas con esta herida intentan buscar constantemente el afecto o el cuidado que no tuvieron, pudiendo llegar a desarrollar dependencia emocional.
En cambio, también está el otro extremo, donde personas con esta herida, tienen tanto miedo al abandono, que prefieren no vincularse con las personas, para no volver a experimentar ese dolor.
Conoce más sobre la herida de abandono entrando en este artículo
Sanar las heridas emocionales
- Herida emocional del rechazo
Las heridas de rechazo se abren cuando nos sentimos excluidos o acosados.
Estas experiencias pueden generar profundos sentimientos de soledad, baja autoestima y ansiedad social.
Quienes llevan estas heridas a menudo evitan situaciones sociales por temor al rechazo, lo que suele llevar a que poco a poco vayan aislándose sin darse cuenta.
Las personas que tienen abiertas sus heridas emocionales de rechazo suelen evitar interacciones sociales, se sienten incómodos en grupos, experimentan ansiedad antes de eventos sociales y sienten que les están juzgando.
Las personas afectadas pueden tener dificultades para confiar en otros y pueden desarrollar una percepción distorsionada de sí mismas.
- Herida emocional de Vergüenza
Las heridas de vergüenza, también llamadas de humillación, son el resultado de haber experimentado en algún momento de nuestra vida críticas constantes, comentarios negativos sobre nosotros o de experiencias de abuso verbal.
Estas heridas pueden afectar la autoestima de manera significativa, generando un visón de uno mismo de no ser lo suficientemente valioso o digno de respeto.
Un ejemplo puede ser cuando durante nuestra infancia, se nos ha podido dar mal los estudios, y se nos ha señalado como alguien “malo” o “tonto”, haciéndonos sentir humillados y no suficientes.
Las palabras hirientes pueden resonar durante mucho tiempo, afectando la percepción que se tiene de uno mismo.
Las personas que llevan estas heridas emocionales pueden experimentar una constante sensación de desvalorización, incluso en situaciones en las que se merecen reconocimiento y aprecio.
Puedes saber más sobre la vergüenza como emoción limitante entrando en este artículo.
- Herida de la traición
Las heridas de traición se originan en experiencias donde la confianza se ve traicionada, ya sea en relaciones personales o profesionales.
La traición puede manifestarse a través de engaños, mentiras o acciones que contradicen lo que nosotros creíamos.
Estas heridas emocionales pueden dejar una profunda cicatriz emocional, generando desconfianza y afectando la capacidad para establecer nuevas conexiones.
Las señales de heridas de traición pueden incluir hipervigilancia en las relaciones, dificultades para confiar en otros y la sensación de vulnerabilidad constante
- Heridas emocionales del trauma
El trauma también es un tipo de herida emocional. Puede surgir de eventos impactantes, como accidentes, violencia o desastres naturales.
Las heridas emocionales de trauma a menudo se manifiestan como recuerdos intrusivos, pesadillas y cambios significativos en la respuesta emocional.
- Herida de la injusticia
Las heridas de injusticia se forman a raíz de experiencias percibidas como injustas o discriminatorias.
Pueden surgir en situaciones personales o en respuesta a eventos sociales más amplios.
Estas heridas pueden generar resentimiento, indignación y un sentido profundo de impotencia frente a la inequidad.
Las heridas emocionales de injusticia se suelen manifestar como una sensación persistente de enojo, desconfianza en las personas y una lucha constante por la justicia social hasta un límite que nos perjudica.
¿Cómo sanar la herida emocional?
Las heridas emocionales, al igual que las físicas, pueden curarse y llegar a sanarse con el tiempo, por muy profundas y dolorosas que sean.
A veces, ciertas heridas las sanamos sin darnos cuenta, con el paso del tiempo, como pequeños arañazos que acaban cicatrizando.
Por el contrario, hay heridas más profundas, y que lamentablemente son mucho más dolorosas para las personas.
Lo primero para sanar las heridas emocionales es identificarlas y conocerlas, saber dónde se han originado y por qué.
Para sanarlas, muchas veces hay que sumergirse en ese dolor y no evitarlo, entrando en contacto con la herida, comprendiéndola, y procesándola.
Muchas veces, debido a las heridas, vivimos anclados a momentos y emociones del pasado, sin llegar a estar en el presente.
Debido a ello, dedicar tiempo a sanar las heridas emocionales y dejarlas atrás nos ayuda a relacionarnos de una forma mucho mas presente con las personas, y nos facilita el vivir de una forma mucho mas congruente.
Esto se debe a que ante cualquier evento, ya no son nuestras heridas del pasado las que se activan y nos hacen comportarnos o sentirnos de determinada forma, si no que somos nosotros, liberados de estas ataduras, que podemos actuar de forma mas congruente y con más presencia hacia las cosas que nos pasan.
De todas formas, hay diferentes claves que ayudan para sanar heridas emocionales:
Terapia Especializada: Buscar la ayuda de un profesional de la salud mental para abordar y sanar las heridas emocionales específicas.
Muchas veces, la mejor manera de profundizar y comprender aspectos tan dolorosos como pueden ser las heridas, es hacerlo en un lugar seguro como puede ser una terapia y con un profesional que te acompaña durante este proceso.
Autoexploración: Reflexionar y explorar sobre las experiencias pasadas que han podido generar una herida en nosotros y comprender como nos están influyendo en la actualidad.
Desarrollo de la Autoaceptación: Cultivar una relación positiva con uno mismo y aprender a abrazar las imperfecciones, dejando atrás esa imagen negativa nuestra, así como poder perdonar o aceptar determinados aspectos dolorosos del pasado y así sanar nuestras heridas emocionales.
Construcción de Relaciones Saludables: Aprender habilidades interpersonales y establecer conexiones significativas de tal manera que seamos nosotros quien nos relacionemos con las personas, y no las heridas las que se relacionan con ellas
Prácticas de Autocuidado: Incorporar hábitos saludables para fortalecer la resiliencia emocional y el autocuidado y así sanar las heridas emocionales.
Si necesitas ayuda, no duces en contactar con nosotras.!!!Llámanos!!!
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Autor: Nacho Sanz
