Amnesia disociativa, sus características y tratamiento
AMNESIA DISOCIATIVA:
CARACTERÍSTICAS, SÍNTOMAS, CAUSAS Y TRATAMIENTO
¿Qué es la amnesia disociativa?
En el presente artículo nos centraremos en las llamadas amnesias disociativas. Para ello, es importante, en primer lugar, explicar brevemente qué son los llamados trastornos disociativos en los que se enmarca este tipo de amnesia.
Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales IV, también conocido de forma abreviada como DSM IV, los trastornos disociativos “consisten en una alteración de las funciones integradoras de la conciencia, la identidad, la memoria y la percepción del entorno”.
Esa alteración no siempre adopta la misma forma en cuanto a duración o evolución, pudiendo aparecer de forma insidiosa o abrupta y circunscribirse a un periodo limitado de tiempo o extenderse en el mismo.
Dichos trastornos componen un paraguas bajo el cual se incluyen la fuga disociativa, el trastorno de identidad disociativo, el trastorno de despersonalización, el trastorno disociativo no especificado y la amnesia disociativa, objeto de análisis en estas líneas.
La emoción como facilitador del recuerdo
La amnesia disociativa consiste en la incapacidad para recordar eventos o experiencias de tipo traumático o acompañados de una alta carga emocional que resulta intolerable para la persona.
Este tipo de “olvidos” suelen tener lugar en la llamada memoria autobiográfica. Es esta memoria la que aglutina recuerdos relacionados con aspectos como el lugar en el que ocurrieron las risas con nuestros amigos, lo que hicimos posteriormente, lo que dijeron las personas que conocimos aquella noche, etc.
Resumiendo, la memoria autobiográfica consta de recuerdos relacionados con eventos pasados, ya sea un viaje, una boda, el trayecto al trabajo o con quién me encontré en el metro aquella mañana.
Multitud de estudios demuestran que un evento o episodio se recuerda y por tanto se recupera “mejor” cuando consta de cierto componente emocional. Por supuesto, sería ilusorio pedir acordarnos de absolutamente todo lo que hemos vivido.
Nuestra mente también necesita optimizar recursos para retener aquellos momentos más importantes de cara a nuestra adaptación al entorno y nuestra supervivencia.
Muy Darwiniano todo. Por ello, episodios o eventos “neutros” o “inertes” o carentes de contenido emocional no suelen recordarse de la misma manera que recordamos un concierto, un beso con una pareja, un viaje con los amigos, el lugar y hora de una ruptura o una clase de matemáticas impartida por un/a profesor/a especialmente motivador/a.
La emoción que acompaña al episodio de amnesia disociativa, por decirlo de otra manera, es facilitadora de un registro eficaz y una fácil recuperación de dicho episodio.
Todos hemos aprendido mejor en aquellas asignaturas donde se nos motivaba de cara a la asignatura, del mismo modo que todos hemos olvidado el aprendizaje propio de una clase aburrida.
Lo mismo ocurre con la música, pero en sentido inverso: al escuchar una canción, ésta dispara unas emociones que nos retrotraen al momento en el que escuchamos esa canción por primera vez. Resumiendo, cierto componente emocional asociado a un recuerdo hará más sencillo recordarlo.
La emoción como perjuicio para el recuerdo: la amnesia disociativa
Para rendir cuenta del encabezado que confiere título a este apartado, ofrezco al lector un sencillísimo ejercicio: ¿recuerdan ustedes prácticamente todo lo que hicieron durante los meses de confinamiento, o tienen más bien recuerdos sueltos de momento muy específicos que no llegarían a sumar ni una semana desde el punto de vista temporal?
¿Tienen ustedes claro qué ocurrió en el año 2020 y en el 2021, o cuando tratan de recordarlo se ven enfrentados a una complicada tarea? ¿Recuerdan ustedes exactamente lo que ocurrió en plena discusión con su pareja, o tienen recuerdos vagos y difusos?
Podríamos seguir hasta el infinito para dar sentido al objeto de este texto con multitud de ejemplos cuyo núcleo común es la dificultad para recuperar algunos recuerdos que se acompañaban de una grandísima carga emocional.
La amnesia disociativa es, de forma resumida, la dificultad para recuperar eventos que, dada su elevadísima carga emocional, son traumáticos para quien los vive. Anteriormente decíamos que un nivel emocional moderado facilitaba el recuerdo.
En la amnesia disociativa no ocurre así: el componente emocional es de tal intensidad, que la persona “deja de registrar” aspectos del episodio que está viviendo. Sería, dicho de forma simple, como encender todos los electrodomésticos de la casa hasta el punto de que salten los plomos.
La amnesia disociativa puede hacer referencia a un episodio que dure desde varios minutos a varias horas, siendo el caso más extremo el de la fuga disociativa, que consiste en el olvido de largos periodos de tiempo. Recordarán ustedes los terribles atentados del 11 de marzo en Madrid.
A raíz de tan terrible suceso, se encontraron en varios puntos de España personas que no recordaban cómo habían llegado hasta ahí. Tras investigar, los profesionales que atendieron a esas personas se percataron de que la mayoría eran afectados directos de los atentados, ya fuera por estar en la estación aquella mañana, bien por estar en algunos de los trenes, o por haber sido testigos de semejante masacre.
El nivel de intensidad emocional al que fueron sometidas estas personas fue de tal calibre que eran incapaces de recordar aquello que habían vivido. Dicho en otras palabras, una elevadísima carga emocional asociada a un episodio hace imposible el recuerdo del mismo. Esto es frecuente en casos de accidentes, violación, agresión u otros eventos traumáticos.
Tratamiento de la amnesia disociativa:
Antes de nada, es importante dejar claro que la amnesia disociativa no es una patología en sí misma. Se trata de un síntoma como respuesta a un evento traumático o a la exposición sostenida a altísimas cargas emocionales.
Esto quiere decir que, en la mayoría de las ocasiones, la personas que acuden a consulta no suelen explicitar que padecen de amnesia disociativa.
Dicha amnesia se comienza a apreciar con el avance de las sesiones, cuando el paciente refiere un malestar que no sabe atribuir a una causa clara, y que además verbaliza saltos en su memoria junto con una exposición a eventos potencialmente traumáticos.
Por ello, y para poder proporcionar al paciente una “respuesta” o “causa” a su malestar, el abordaje de la amnesia disociativa suele llevarse a cabo con técnicas de reprocesamiento, como el EMDR, cuyo objetivo es “desbloquear” el recuerdo a través de hacerlo lábil y manejable mediante movimientos oculares parecidos a los que ocurren con la fase REM del sueño (donde la memoria a corto plazo se cristaliza en memoria a largo plazo) para poder reprocesarlo haciendo más manejable el efecto emocional del mismo.
Hemos profundizado sobre la amnesia disociativa y su problemática, puede leer sobre otros temas de su interés en el enlace de abajo.
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Autora: Alvaro Narvaiza
