Características de personas que se ofenden por todo

Características de personas que se ofenden por todo

Personas susceptibles y que se ofenden por todo

Seguro que en algún momento has podido oír la expresión “tienes la piel muy fina”. Frecuentemente cuando se utiliza este concepto de la finura en la piel, suele ir asociado a personas que de forma habitual se sienten ofendidas.

¿Qué es la ofensa? ¿A qué responde? ¿Por qué nos ofendemos?

Sentirse ofendido es un sentimiento común, con una enorme complejidad a sus espaldas.

Es una emoción llena de sutilezas que pone a prueba el equilibrio emocional y a la que se puede reaccionar de diferentes formas: ya sea evitando, victimizarse, no inmutarse, ponerse a la defensiva, contraatacar…etc.

Cuando nos ofendemos, aquellas palabras que nos llegan las ponemos en un contexto; previamente a que se genere ese sentimiento, procesamos ciertas cuestiones: ¿esto que me dice es relevante para mi? ¿es bueno o malo? ¿quién lo dijo y cuál fue su intención?

Todas estas preguntas forman parte de un proceso cerebral que hacemos muy rápidamente y de forma automática.

Al ser automático no quiere decir que seamos sujetos pasivos ante toda esta amalgama que se nos produce interiormente, sino que es la primera reacción a la que nuestra psique está acostumbrada a escuchar.

No obstante, cabe señalar que construimos nuestras emociones y éstas pueden cambiar.

Aunque a veces el proceso no es fácil y exige una labor de introspección importante, es conveniente poder identificar la emoción que se ha desencadenado ante una situación concreta y los pensamientos que han aparecido ligados a ella. 

Sentir la ofensa es resultado de percibir el mundo y comprender un contexto de determinada forma.

Cuando nos activamos emocionalmente por algo que recibimos del exterior suele estar íntimamente relacionado con ciertas fibras profundas que entran en consonancia con aquello que nos transmiten exteriormente, es decir, con experiencias que hayamos podido vivenciar en nuestro pasado que se han asentado en nuestras bases y las interpretamos como señal de amenaza. 

¿Qué es lo que subyace en la ofensa?

 Como sucede en todo comportamiento humano, las causas son complejas. Entre otras características, que, posteriormente citaremos, generalmente este tipo de personas presentan dificultades para comprender las verdaderas intenciones de los otros y reaccionan ante sus comentarios como si de ataques o humillaciones se tratasen.

Peter Fonagy, psicólogo psicoanalista inglés, crea el llamado concepto función reflexiva, que se define como:

“La capacidad de tener conciencia sobre los estados mentales de uno mismo y de los otros, de considerar la influencia mutua entre los estados mentales y los comportamientos, de considerar también la perspectiva del desarrollo para entender los cambios en los estados mentales y la necesidad de tener en cuenta el curso del contexto coloquial en el que tiene lugar la relación” (Fonagy et al, 1998; Steele & Steele, 2008).

Por qué nos ofendemos

Esto quiere decir, que detrás de nuestra conducta existen creencias, intenciones, sentimientos, deseos, etc. En momentos de alta activación emocional, como cuando se percibe una ofensa, resulta complicado construir representaciones exactas del mundo mental de los demás.

Razonamos centrándonos en el comportamiento del otro sobre la base de lo que parece obvio, de lo que es visible para nosotros, sin darnos cuenta, que ese escenario no deja de ser una explicación parcial e inexacta de la verdadera intención del otro.

¿Cómo saber si tengo excesiva susceptibilidad?

A continuación señalamos algunos aspectos a poder tener en cuenta:

  • Cuando cuesta reconocer los errores y no se encaja del todo las críticas, aunque sean constructivas.
  • Cuando se siente frecuentemente un sentimiento de inseguridad, enfadado o disgusto.
  • Merma de la autoestima debido al papel de víctima que asume la persona ofendida, a partir de la idea de que aquello ha pasado deliberadamente para humillarle.
  • Responsabilizar a los demás de los propios sentimientos o acciones.
  • El comentario o acción desafortunado despiertan ofensas pasadas, que pueden degenerar en un laberinto o infierno mental.

Es importante recalcar, que estas características son posibles estados mentales por los que pasan las personas con tendencia a ofenderse con frecuencia, sin embargo, no es algo que uno haga de forma consciente, ni por supuesto es agradable.

Identificar estos pasos internos, reconocer las sensaciones que nos abruman en determinadas situaciones y decidir qué hacer con nuestra emoción que inevitablemente ha brotado en nuestro interior, ayudará a dar forma a nuestra ofensa, a saber discernir “el grano de la paja”, es decir, a hacer un ejercicio de introspección para hacernos cargo de lo que se nos moviliza interiormente y observar con mayor nitidez.

Sentirnos ofendidos

¿Cómo dar forma a la ofensa?

Uno de los grandes aprendizajes de todo ser humano es aceptar que las personas a nuestro alrededor nunca se expresarán como nosotros lo haríamos, ni se comportarán como esperamos. Y no pasa nada.

Vamos más allá. Incluso cuando no es una percepción, sino que hay una verdadera amenaza contrastada, tenemos la oportunidad de endurecer nuestra piel, hacerla más gruesa para que lo que nos afecte sea en una intensidad manejable.

Dice un proverbio oriental que la sensación de paz interior empieza cuando eliges no permitir que otra persona o evento controle tus emociones.

El mundo está constituido por un amplio espectro de realidades, tanto como ojos le miran, por lo que nuestra relación con el mundo dependerá, de la mirada que hayamos aprendido a través de nuestra vivencias y de la que entrenemos a partir de ésta.

 

En muchas ocasiones, el proceso de decidir qué hacer con la emoción que hemos sentido o con aquellos pensamiento recurrentes que nos taladran, no es nada fácil, por eso resulta aconsejable consultar con un profesional para que te pueda acompañar en este proceso.

En Cepsim, valoramos cada proceso como propio, íntimo y personal de cada individuo.

Te podemos ayudar en observar de qué forma interfiere en tu cotidianeidad, si es un rasgo de tu carácter o si por el contrario es reactivo a determinadas circunstancias vitales.

Cuando atravesamos momentos difíciles, ya sea por estado de salud, dificultades económicas, problemas familiares…etc, este tipo de reacciones que nos acompañan suelen aparecer con mayor frecuencia, por lo que desde Cepsim te damos la posibilidad de tener un espacio propio y de calidez para acompañarte en tu proceso terapéutico con el fin de poder observar y conocer con mayor profundidad tus reacciones, identificarlas e integrarlas en tu estructura psíquica.

TIENES A TU DISPOSICIÓN MAS DE 300 ARTÍCULOS EN NUESTRO BLOG, APRENDE DIDÁCTICAMENTE TEMAS DE PSICOLOGÍA QUE TE INTERESE, ENTRA EN NUESTRO BLOG   

SI TE HA GUSTADO ESTE ARTÍCULO SOBRE LA IMPORTANCIA DEL JUEGO Y LA CREATIVIDAD EN PSICOLOGÍA, COMPÁRTELO EN TUS REDES SOCIALES

Autora: Mar Argüello

Compartidos
Compartir esto
icono whatsapp