Motivación. El arte de los grandes retos en pasos pequeños

Cómo potenciar y mejorar nuestra motivavión

Con frecuencia no conseguimos lo que nos proponemos, no porque nuestros objetivos sean inalcanzables, sino porque nos falla la motivación en uno u otro punto del proceso de emprendimiento.

Veamos brevemente cuatro sencillos pasos, descendentes en el enunciado y ascendentes en la ejecución, que pueden guiarte y facilitar que mantengas una motivación alta hasta el final.

1. Ten claro tu propósito. Y no escatimes, puedes soñar a lo grande.
2. Ten claros los procedimientos, pasos intermedios y pequeñas metas que son necesarios para alcanzar tu propósito.
3. Ten claras las habilidades y destrezas que necesitarás desarrollar para desempeñar estos procedimientos, para dar los pasos intermedios y alcanzar las pequeñas metas que te conducirán finalmente a conseguir tu propósito. Empieza entrenando éstas.
4. Programa períodos de tiempo para cada tarea y durante estos, concéntrate exclusivamente en ellas, en hacerlas lo mejor posible. Abstráete de todo lo demás, focalizando la atención en cada pequeño aspecto de la tarea que estás realizando, como si no existiera nada más: todas las formas, gestos, dimensiones, amplitud, movimientos, sonidos, temperatura, textura que conforman la tarea que tienes entre manos.

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Motivación sumar paso a paso

Veámoslo con un ejemplo de motivación. María se siente decaída desde hace algún tiempo. Tiene la sensación de llevar una vida vacía, sin emoción, entre el trabajo en la oficina de una empresa de transportes y su casa. Hay tantas cosas que le gustaría que fueran diferentes.

Le gustaría ser su propia jefa, viajar, en definitiva, ser más independiente, ser libre… Pero todo le viene grande, tiene 42 años, se siente vieja para empezar nada.

Está desalentada, aplastada por su propia expectativa de incapacidad, por una impotencia autoimpuesta, pero topa por casualidad con este artículo y tiene un hilo del que tirar. Decide intentarlo, nada pierde.

Parece que su propósito sea enorme, casi inabarcable, pero es eso lo que quiere, ser más libre, así que se mantiene firme. Pero, ¿cómo ganaría algo de libertad, qué necesitaría, qué la haría más libre? Piensa que, tal vez, un trabajo como autónoma ayudaría.

Cuántas veces ha pensado que ella tomaría mejores decisiones en la oficina donde trabaja. Sin embargo, es consciente de que las cosas se ven diferentes desde una mesa y tras el volante de las furgonas de sus compañeros.

Se imagina adquiriendo esa experiencia previa, pero… ¡ni siquiera tiene carnet de conducir! Y de nuevo la maquinaria de pensar “no puedo” se pone en marcha: tienes 42 años, ya no tienes edad, qué miedo, ¿de verdad serías capaz de meterte en el tráfico de Madrid? Pero ha dicho que lo intentaría hace solo cinco minutos, no puede echarse atrás tan pronto.

Motivación Paso 2

Sigamos con el ejemplo para comprender como funciona la motivación. María decide que puede empezar por recuperar el hábito de mantener de forma sostenida la atención durante períodos de tiempo cada vez mayores, necesita desarrollar la concentración visual y la comprensión lectora con lenguajes diferentes de los que son habituales para ella.

Como siempre le ha gustado estar al tanto de la actualidad, piensa que sería una buena idea sustituir la tele por la lectura del periódico.

Empezará por un artículo cada mañana, luego dos, y así sucesivamente hasta ser capaz de concentrarse al menos tres cuartos de hora seguidos.

Después le contará a su compañera, de forma ordenada y resumida, lo más sustancial del texto. Además, ha empezado a seguir en las redes a la DGT y así estará al tanto de normas y consejos que la familiarizarán con el lenguaje que después será su objeto de estudio.

Para afrontar más tarde el examen práctico, ya no irá con el piloto automático en el coche de su colega, pensando en sus cosas, sino que prestará atención a los recorridos que realiza, tratando de interpretar las señales, anticipando el comportamiento de otros usuarios de la vía, haciendo preguntas sobre la conducción.

Cuando María decide apuntarse a la autoescuela, en cada test pone toda su atención, y se reta a sí misma a realizar cada día un test más que el anterior en el menor tiempo posible. Se cronometra para ello. Lo ha convertido en un concurso con ella misma como única competidora. Es suficiente. Antes incluso de sacarse el carnet, ya se siente motivada y más libre.

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Autora: Elsa García