Consecuencias psicológicas del acoso en redes sociales
CONSECUENCIAS PSICOÓGICAS DE SUFRIR ACOSO EN REDES SOCIALES
QUÉ ES EL ACOSO EN REDES SOCIALES
El acoso sufrido en las redes sociales es un acoso psicológico puede ser definido como la perpetración reiterada y prolongada de comportamientos de violencia psicológica por parte de una persona o personas hacia otra, tales como amenazas, críticas y persecuciones, así como conductas que infieran en la otra persona estados emocionales desagradables en el individuo.
Estos comportamientos pueden llegar a interferir con las dinámicas relacionales y mentales de quien lo sufre, dificultar el desempeño de sus tareas cotidianas y generar un malestar psicológico perdurable en el tiempo.
Existen distintos tipos de maltrato psicológico y el que nos ocupa en este artículo es el acoso sufrido a través de redes sociales, también conocido como ciberacoso o acoso virtual.
En este subtipo, el perpetrador o perpetradores se sirven de los medios digitales para acosar a la víctima y generarle un malestar psicológico.
Son las consecuencias psicológicas derivadas de este malestar las que abordaremos a continuación. Para ello es necesario aclarar primero las particularidades del acoso sufrido en redes sociales.
¿Es distinto el acoso sufrido en redes sociales?
Además de la diferencia fenomenológica asociada al formato virtual del ciberacoso, existen particularidades que hacen del acoso sufrido en redes sociales un tipo de acoso especialmente peligroso, difícil de identificar y de consecuencias potencialmente graves. Citamos las siguientes:
– Puede ocurrir en cualquier entorno: este tipo de acoso no se limita a un entorno concreto como puede ser el acoso escolar o el acoso laboral.
Debido a la presencia total que las redes sociales tienen en la vida de niños, adolescentes y adultos, el acoso virtual también se lleva en el bolsillo y se puede perpetrar y recibir desde cualquier lugar.
– Puede ocurrir en cualquier momento: de manera similar a la premisa anterior, este tipo de acoso puede llegar a no permitir descanso.
Si bien otros tipos de acoso se circunscriben a una jornada laboral o escolar y la víctima puede librarse del mismo el resto del día, en el ciberacoso la exposición es continua y no entiende de horarios.
Una persona puede acostarse recibiendo mensajes violentos y despertarse a la mañana siguiente con otra tanda de lo mismo.
– Puede pasar desapercibido: al ocurrir en el entorno individual de las redes de cada persona, no tiene por qué ser presenciado por nadie más que la víctima y el acosador. Esta particularidad dificulta la identificación de este tipo de violencia y con ello el posible abordaje.
De esta manera, es más probable que el acoso se prolongue durante más tiempo y que la víctima sufra hasta que consigue pedir ayuda, aspecto que no siempre es sencillo.
– Puede generar confusión: al tratarse de un entorno y formato digital, en el que mayoritariamente la comunicación es de manera escrita, puede perderse parte de la intencionalidad del hablante y que dicha confusión sirva para enmascarar la violencia sufrida, dando pie a relativizar.
Cuando una persona insulta a otra de manera verbal, explícita y presencial, pocas dudas suelen quedar de lo que ocurre. En el formato digital es más difícil identificar con claridad este tipo de agresiones.
Consecuencias psicológicas del acoso en redes sociales
Se trata de un fenómeno de alta complejidad, en el que intervienen multitud de variables y factores. Existe cantidad de consecuencias, mencionaremos tres de las más importantes:
– Aislamiento: teniendo en cuenta el espacio individual en el que se recibe y lo desapercibido que puede pasar como consecuencia de ello, la víctima puede ser aislada de sus apoyos fundamentales como amistades o familia.
El miedo generado por el acosador, añadido a las amenazas sobre lo que puede ocurrir si la persona acusa o busca ayuda también dificultan el contacto con figuras de apoyo.
Al estar aislada, la persona que sufre el acoso, tiene más difícil obtener otra perspectiva de lo que está ocurriendo y puede llegar a sentir que lo que le ocurre es por su culpa y que por tanto debe aguantar la situación sin cuestionárselo.
– Ataque a la autoestima: recibir ataques contra la propia valía, insultos, críticas y amenazas mina el autoconcepto y deja al individuo en una situación vulnerable en la que es probable que aparezca la identificación con lo que le están diciendo y que ello dé pié al automachaque.
Personas en edad infantil y adolescentes son perfiles mucho más vulnerables ante este tipo de acosos porque todavía están en el periodo de desarrollo emocional.
La adolescencia es el periodo en el que el individuo forja y construye su identidad y recibir ataques de este tipo dificulta la formación de una imagen positiva de sí mismo.
– Desconfianza, dificultades en el contacto y en la búsqueda de apoyo: la baja autoestima recién mencionada tiene que ver con una falta de confianza en uno mismo, acrecentada en estos casos por el acoso recibido, puede verse acompañada de una falta de confianza en el otro.
La víctima de acoso está siendo atacada a través de las redes sociales por otras personas y este hecho puede generar desconfianza en los vínculos.
La persona puede llegar a pensar que si uno me hace daño por qué no me lo va a hacer el otro, y de ahí derivarse el aislamiento ya comentado que ataca de manera frontal a las necesidades sociales básicas de cualquier ser humano, dificultando el contacto necesario para la búsqueda de ayuda.
Identificación y abordaje del acoso en redes sociales
Como comentábamos, las personas que sufren acoso virtual en redes sociales están en una posición muy vulnerable, con restringido margen de actuación y expuestos a consecuencias potencialmente limitantes del contacto con sus necesidades.
Ante este panorama se vuelven imprescindibles los apoyos que puedan facilitar la identificación del problema y así poner en marcha los recursos necesarios de cara a poner fin al acoso y abordar las consecuencias de la manera más prematura posible.
A la hora de identificar, uno de los signos que más información puede aportar es el aislamiento de la persona y la disminución de contactos con el exterior, vida social, etcétera.
Poder preguntar abiertamente a la persona cómo está y darle un espacio para que hable de lo que está sufriendo es fundamental. Al tratarse de un tipo de acoso de difícil identificación, tanto para la persona que lo sufre como para sus allegados, es clave facilitar el espacio para exponerlo y abordarlo.
El abordaje posterior tiene que ver con trabajar los aspectos psicológicos derivados del acoso, que pueden ser las tres consecuencias aquí comentadas u otros apartados relacionales e individuales que hayan podido quedar afectados tras el acoso virtual en redes sociales.
Contactar con profesionales de la salud mental es una vía muy recomendaba en los casos en los que la persona ha sufrido este tipo de acoso para poder reparar las consecuencias y encarar sus relaciones consigo mismo y con los demás de una manera sana y adaptativa.
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Autor: Manuel Valdés
