Qué son los sesgos cognitivos: el atajo de la irracionalidad
Los sesgos cognitivos y el atajo de la irracionalidad
8 maneras de boicotearte a ti mismo y a tus relaciones, con los sesgos cognitivos irracionales
Tomamos miles de decisiones a cada instante, de hecho, en el momento en el que estás leyendo esto y sigues por aquí, ya estás decidiendo.
Qué son los sesgos cognitivos
En este preciso instante, millones de personas en cada parte del mundo están también tomando decisiones, aunque puedan parecer simples o ilógicas, pero lo están haciendo, lo hacen con base en una serie de creencias, de pensamientos, de valores y percepciones que muchas veces pueden ser irracionales o inconscientes. Aquí es donde juegan su papel los “sesgos cognitivos”.
Las respuestas rápidas suelen corresponder a automatismos, y a atajos mentales que hace nuestro cerebro para no gastar tantos recursos en el día a día.
Esto es positivo porque nos permite avanzar, pero hay problemas cuando esos atajos nublan nuestra visión de las cosas, generan conflictos en nuestras relaciones o nos enredan en situaciones que no queremos.
En este artículo reflexionaremos sobre estos atajos mentales y ofreceré los que en mi experiencia en consulta veo con mayor frecuencia en los sesgos cognitivos.
Sesgos cognitivos y atajos mentales en the marshmallow test
Pensando en estos atajos mentales el otro día me topé con una película que se llama “El test”, y trata sobre una situación en la que a dos personas les hacen decidir si prefieren quedarse con 100.000 euros en ese preciso instante, o esperar 10 años y obtener 1.000.000.
Quizás, tú rápidamente hayas dado ya una respuesta sobre qué decidirías. ¿Por qué tomaste esa decisión tan rápida? ¿Tu respuesta es racional o está influida por algún atajo mental?
Esta película se basa en el experimento un experimento realizado en los años 60 por el psicólogo norteamericano Walter Mischel, llamado “THE MARSHMALLOW TEST”, en el que estudiaban este control de impulsos pero con niños ofreciéndoles una gominola ahora o 2 si esperaban 10-15 minutos.
La conclusión de este experimento reside en que las personas que desarrollan un mayor autocontrol pueden tomar decisiones más racionales y obtener más gratificaciones en el futuro que aquellas personas que son más impulsivas y buscan la gratificación inmediata.
Pero, otro punto en mi opinión a considerar es, ¿por qué las personas desechan la opción de esperar a obtener el millón? Porque piensan que el millón lo pueden perder, y entonces también perderían los cien mil.
Es decir, por miedo a perder algo que puedo tener “ya” no me arriesgo a ganar más en un futuro.
Aquí entraría entonces en juego un sesgo cognitivo “el sesgo de aversión a la pérdida”, por el cual las personas tienden a tomar decisiones basándose más en el miedo a perder lo que tienen que en ganar algo nuevo. este es uno de los muchos sesgos cognitivos que hay y que veremos a continuación.
Qué son los sesgos cognitivos
Los 8 sesgos cognitivos que pueden ser irracionales y que te llevarán a terapia
Identificar los sesgos cognitivos que tenemos en el día a día puede ayudarnos a ser más conscientes de por qué tomamos ciertas decisiones. Por tanto, voy a exponer los que veo con mayor frecuencia en mis pacientes, aportando ejemplos para que puedas observar si a ti también te ocurren o te han ocurrido estas situaciones.
El sesgo cognitivo de aversión a la pérdida
Vamos a explicar un poquito más este sesgo cognitivo fuera del experimento ya que precisamente es un sesgo muy común y es importante detectarlo porque puede ocasionar muchos problemas en las relaciones interpersonales.
Por ejemplo, muchas personas no están satisfechas con su puesto de trabajo y pueden tardar años en simplemente lanzarse a intentar buscar uno nuevo, ya que consideran que es más probable que no encuentren algo que sea mejor, incluso aunque tengan un trabajo con millones de contras, donde se sienten explotadas.
Qué son los sesgos cognitivos
En mi experiencia, cuando influye este atajo mental en nuestras decisiones, se genera mucho bloqueo y hace que las personas puedan quedarse ancladas en situaciones que les hacen infelices.
Estos sesgos cognitivos influye mucho además en las relaciones románticas, especialmente cuando alguna de las partes tiene un apego inseguro.
Personas con miedo al abandono pueden experimentar un gran miedo a perder a su pareja, aunque no haya razones que apoyen ese miedo y sea algo irracional, de forma que pongan en marcha una serie de comportamientos que de hecho puedan conseguir todo lo contrario, como conductas de celos o posesión.
También puede ocurrir que personas que ya tienen claro que no están bien con su pareja, puedan mantenerse en esa relación durante mucho más tiempo, por ese miedo a la pérdida y al fin y al cabo por pensar que no van a encontrar otra persona mejor para ellos.
Además, aquí añadimos otro factor más que es la incertidumbre, no saber lo que va a pasar en un futuro, lo que aumenta el miedo, ya que como seres humanos necesitamos que las cosas puedan ser predecibles, y para que lo sean, podemos hacer valoraciones que sean irracionales, desde ese miedo, o como dice el dicho “mejor malo conocido que bueno por conocer”.
La falacia del coste irrecuperable
Cuando en terapia la persona tiene dificultades para dejar una relación amorosa que no le satisface muchas veces también aparece este sesgo.
“¿Con todo el esfuerzo que he puesto en esta relación, ¿cómo voy a tirarlo todo ahora por la borda?” Lo cual es cierto, el problema está cuando las discusiones son siempre las misma, en bucle, y los esfuerzos son infinitos hasta llegar a desgastarnos emocionalmente.
Qué son los sesgos cognitivos
el sesgo cognitivo del efecto del falso consenso
Otro sesgo que puede influirnos en las relaciones románticas, familiares o de amistad es “el efecto de falso consenso”, por el cual la persona puede que de por hecho que su pareja o su amigo tiene que tener sus mismas opiniones, de forma que cuando descubre que esto no es así, de lugar a malentendidos y discusiones.
El sesgo de negatividad
Este sesgo cognitivo está muy presente cuando hay problemas de pareja, y cada parte de la pareja tienda a ver todo lo negativo del otro, y desestimar lo positivo, lo que puede llevar a la persona a no valorar con claridad la situación actual y minimizar posibles esfuerzos que esté haciendo su pareja en la relación.
El efecto halo y el efecto cuerno
Otros dos sesgos comunes son los que tienen que ver con las expectativas, tanto las que nosotros mismos nos formamos sobre los demás como las que otros tienen sobre nosotros.
Por ejemplo, en terapia infanto-juvenil muchas veces se ve cómo las expectativas de los padres influyen en el comportamiento de los hijos.
En ocasiones, los padres pueden tener unas altas expectativas sobre sus hijos, porque sacan buenas notas, son responsables, y que de ahí por ejemplo, concluyan que el menor no puede equivocarse, o que entonces querrá estudiar una ingeniería.
Aquí actuaría el “efecto halo” por el que de una serie de cualidades positivas en una persona, damos por hecho también otras (en función de nuestras creencias y valores).
Pero esto puede generar una gran presión en el menor, y que además el niño nunca llegue a conseguir las expectativas de los padres, que estos se frustren y por tanto, el chico/a se desarrolle pensando que a pesar de todos sus esfuerzos nunca es suficiente.
Por otro lado también es común el “efecto cuerno”, que sería el contrario al efecto halo. Por ejemplo, mi hijo saca malas notas, sale mucho y le he pillado en varias mentiras, y me enfoco tanto en esto que ya no veo todo lo positivo que hace mi hijo, que vaya a ver a su abuela todos los fines de semana, que sí que sea responsable con las tareas de casa, entre otros ejemplos.
El sesgo cognitivo de confirmación
A través de este sesgo busco todas las cosas negativas que no me gustan de la otra persona, de manera que acabo reforzando aún más esa idea negativa que tengo sobre ella.
Esto se produce mucho cuando hay conflicto en las relaciones, ya sean familiares o de pareja.
El error fundamental de atribución
Otro sesgos cognitivos en el que puedo caer cuando tengo una situación de conflicto en alguna de mis relaciones es el “error fundamental de atribución”, por el cual puedo llegar a atribuir las conductas de mi hijo/a, mi pareja, o de quien sea, con rasgos de personalidad, que serían incambiables.
“Mi hijo es un vago” es muy distinto de pensar que mi hijo no está estudiando lo suficiente o haciendo las tareas de la casa. Si lo atribuyo a su personalidad, parece que es algo que no se puede cambiar, que “él/ella es así” y además puede influir en su autoestima al interiorizar esa idea negativa de sí mismo.
Mientras que si pienso que se está comportando de esta manera, me da mucho más margen para poder influir en esa conducta, y además el menor no se sentirá tan juzgado y no se verá dañada la imagen que tiene de sí mismo.
Conclusiones sobre los sesgos cognitivos
Por tanto, ya hemos contemplado algunos sesgos cognitivos y cómo pueden llegar a afectarnos personalmente y en especial a nuestras relaciones.
De esta manera, te invito a que puedas intentar identificar cuáles de ellos pueden estar influyéndote en el presente, ya que lo primero es ser consciente de ello para luego poder tomar decisiones con mayor libertad.
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